''El día en que Piazzolla conoció a Stravinsky''
Data: Tuesday, 02 May @ 01:14:49 CEST
Argomento: Poesie - Storia - Letteratura


Nueva York, año 1959: una semana muy particular

El escritor, periodista y diplomático argentino Albino Gómez tuvo el privilegio de ser quien presentó a Igor Stravinsky con Astor Piazzolla, en Nueva York.

Albino nos recibió en su departamento de la calle Uruguay, en Buenos Aires y lo que sigue es su relato de cómo Astor Piazzolla conoció en Nueva York, la ciudad de su infancia y adolescencia, al compositor de "La consagración de la primavera":

"En 1959 yo estaba en Nueva York como secretario de embajada en la misión argentina ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU). A Piazzolla lo había conocido el año anterior, en 1958, en oportunidad de mi primer viaje a Nueva York. Nos habíamos hecho rápidamente amigos por el fervor que yo tenía por su música. Vivíamos en dos sectores distintos de Nueva York, él en el oeste y yo en el este; de manera que cruzábamos el Central Park para visitarnos. El vivía con Dedé, Diana y Daniel. En esa época también estaban en Nueva York, Juan Carlos Copes y el Mono Villegas. El Mono era un personaje muy particular, venía seguido a cenar a casa, pero era muy gracioso porque nunca podía estar sentado, hablaba todo el tiempo, moviéndose de un lado a otro. El y Piazzolla eran también muy amigos y compartían los mismos gustos musicales.

El hecho es que un día, en mi trabajo, el embajador me dijo que yo tenía que atender a Victoria Ocampo, que venía a Nueva York a promocionar el Festival de Cine que se haría en Mar del Plata. Entonces la acompañé a algunas entrevistas. Yo estaba realmente deslumbrado, ya que yo escribía y estar frente a Victoria Ocampo, directora de la revista Sur, era para mí muy importante. Y fue así como, entre otras cosas, Victoria lo invitó a Stravinsky y su esposa Vera -que vivían en California-, al Festival de Cine y también a pasar una semana con ella en Nueva York. De manera que yo estaba en la felicidad total, paseando con Stravinsky, su esposa y Victoria Ocampo. Stravinsky era un personaje gracioso, muy chiquitito, esmirriado, dicharachero, locuaz, simpático y un poco amarrete, también. Su esposa Vera era muy grandota, corpulenta.

Entonces me tuve que ocupar de organizar un cóctel en homenaje a Victoria Ocampo, que se hizo en un club privado muy conocido: el Metropolitan Club de Nueva York, en Quinta Avenida y la 60. De manera que aproveché la cosa para invitar también a algunos amigos míos que tuvieran que ver con el arte. Por ejemplo al pintor Honorio Morales, a Alcides Lanza, joven músico que había comenzado a trabajar en música electrónica; al escritor Omar del Carlo, autor del texto para la ópera "Proserpina y el Extranjero" (con música de Juan José Castro, obra que había obtenido un importante premio musical internacional, por decisión de un jurado presidido precisamente por Stravinsky); a Horacio Estol, decano de los corresponsales argentinos en los Estados Unidos, y obviamente, lo invité a Astor.

Lo llamé por teléfono y le dije que le iba a llegar una invitación de la embajada para un cóctel en honor de Victoria Ocampo, en el cual le iba a presentar, ni más ni menos, que a Igor Stravinsky. Y entonces, claro, era muy temprano a la mañana y él pensó que lo estaba cargando: "Dejame de joder, tan temprano y ya haciendo chistes... dejame dormir...." No me creyó, pero bueno, se comprometió a ir al cóctel con Dedé. Se trataba de una reunión de las llamadas "paquetas" y había gente muy importante del medio artístico intelectual y político de los Estados Unidos. Estaban, entre otros, Arthur Miller y Waldo Frank. También habíamos invitado a Marian Anderson, la famosa contraalto negra, pero allí nos llevamos una desagradable sorpresa: dado que el Club se reservaba el derecho de admisión, cuando entregamos los nombres de nuestros invitados con la anticipación requerida, ella fue rechazada y tachada de la lista. Es que en 1959 todavía había una fuerte discriminación racial en Nueva York.

Pasando al cóctel, yo estaba atento a la llegada de Astor. Ni bien lo vi entrar, comencé a buscar a Stravinsky, a quien encontré rodeado de admiradoras, hablando y desparramando simpatía por los cuatro costados. Lo tomé de un brazo, cosa a la que él ya se había habituado después de tenerme a su lado casi como un edecán durante una semana entera, y lo llevé hasta donde me estaba esperando Astor. Me planté frente a él con Stravinsky y le dije: "Bueno, acá lo tenés." Astor se quedó temblando, demudado, no le salía ni una palabra en inglés, ni en francés, ni en nada. Entonces se lo volví a presentar, una vez más. Stravinsky muy simpático, lo saludaba y Piazzolla, nada. Al fin, pudo articular unas palabras y le dijo "maestro, yo soy su discípulo a la distancia", pegó media vuelta y se fue, huyó despavorido. Y es que, en realidad, Astor era un tipo tímido, a pesar de toda esa cosa bravucona que él tenía ¿no? Además, encontrarse frente a Stravinsky, bueno, te podés imaginar... Después, en esa misma semana, logré que Astor pudiera ir a visitarlo al hotel y que tuvieran un encuentro de media hora. Pudieron charlar tranquilos de música y Astor le acercó unas partituras."

Sólo queda agregar que Piazzolla declaró en más de una oportunidad que "La consagración de la primavera", de Stravinsky, fue su partitura de cabecera durante sus estudios con Alberto Ginastera. En 1953, Astor recibió el Premio Fabien Sevitzky por su "Sinfonía Buenos Aires" y en 1957 grabó en Montevideo "Tres minutos con la realidad", a la cual acaso podríamos llamar "Le Sacre du Tango". Por su parte, Stravinsky escribió dos tangos a lo largo de su carrera: el primero está incluido en "Histoire du soldat" (Historia del soldado), de 1918; el otro es de la década del 40 y fue arreglado por Félix Guenther para la orquesta de Benny Goodman. Por esos años, Stravinsky ya vivía en Beverly Hills, California. Entre los numerosos artistas que lo visitaban en su casa de North Wetherly Drive, se encontraba también su amiga Nadia Boulanger, con quien Piazzolla había estudiado composición en París.
Albino Gómez es escritor, periodista y diplomático. Trabajó en radio, televisión y prensa escrita. Fue director artístico de Canal 7 y colaborador de los Canales 9, 11 y 13 y columnista de la revista "Primera Plana", entre otras. Como funcionario del Servicio Exterior de la Argentina, se desempeñó sucesivamente en Montevideo, Santiago de Chile, Atenas, Pretoria, Ciudad del Cabo, Nueva York (ONU) y Washington DC (Embajada ante la Casa Blanca). También ejerció como Director General de Prensa y Vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores desde diciembre de 1983 hasta julio de 1986. Durante el tiempo en que, por razones políticas, estuvo fuera del Servicio Exterior (1976-1982), desarrolló actividades como Secretario Regional de Comunicaciones de la FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), fue consultor de la OEA para temas de Comunicación y Desarrollo y Representante de la Universidad de Belgrano en Washington DC. Al volver al país, fue designado Director de la Carrera de Periodismo en la Universidad de Belgrano. Ha sido condecorado por los gobiernos de Francia, Italia, México, Perú y Suecia. Es miembro Consultor del Consejo Argentino de Relaciones Internacionales (CARI), miembro de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), de SADAIC, de ARGENTORES y del National Press Club de Washington DC. Ha publicado 17 libros, entre otros: "La mufa", "Son cosas que pasan", "Albinísimas", "Vení, jugá conmigo", "Vivencias tangueras de un porteño viajero" y "Lejano Buenos Aires". Para Astor Piazzolla escribió la letra del tango romanza "El mundo de los dos" (grabado por Héctor De Rosas con el Quinteto de Piazzolla y también por el Cuarteto Zupay) y una vidalita para la música de la película "Paula cautiva






Questo Articolo proviene da Los Chanta Cuatro Con Sabor a Tango
http://www.sabordetango.org/portale

L'URL per questa storia è:
http://www.sabordetango.org/portale/modules.php?name=News&file=article&sid=210