Bandoneonista, César Stroscio fue uno de los fundadores del mítico Cuarteto Cedrón
Ex fueye del Cuarteto Cedrón, tiene una vasta
carrera en Francia. Hasta llegó a musicalizar al Corto Maltés.
El bandoneonista César Stroscio fue uno de los fundadores del mítico
Cuarteto Cedrón. Vive en Francia desde que el cuarteto saliera de gira en 1975
y decidiera quedarse allá por los peligros que implicaba volver a una Buenos
Aires amenazada por la represión. Disuelto el cuarteto, Stroscio creó en 1992
el Trío Esquina con el que recorre el mundo. Cada tanto vuelve a tocar en Argentina,
como el domingo pasado, que se presentó en el Teatro De la Comedia.
Oriundo de Tucumán, descubrió el bandoneón a los diez años, ya radicado en Buenos
Aires. "Me enamoré del bandoneón un día que escuché a un chico tocar Cuando
llora la milonga de Juan de Dios Filiberto. Mi papá pagó un mes de sueldo
para comprarme uno".
Empezó a estudiar en un conservatorio de barrio y a tocar en pequeñas orquestas.
Después estudió con maestros como Alejandro Barletta y Francisco Requena, y
composición y armonía. En la Universidad de Ciencias Exactas conoció a un primo
del "Tata" Cedrón y así se armó el proyecto. Al principio fue el Trío Cedrón-Praino-Stroscio.
¿Enseguida fueron bien recibidos?
No, lo menos que se puede decir es que nos costaba mucho. Era muy nuevo el
proyecto del Tata de cantar a poetas como Tuñón o Gelman. Por un lado a los
tradicionalistas del tango no les gustaba porque hacíamos temas que no se podían
bailar. Y los vanguardistas decían que éramos demasiado tradicionalistas y que
no hacíamos una evolución.
Tenían entre 22 y 24 años y tocaban en universidades. En 1965 ellos mismos abrieron
un local en la calle Talcahuano 360 (un ex tablao de flamenco), lo arrreglaron
ayudados por amigos artistas plásticos y lo llamaron Gotán, el mismo nombre
del libro que Juan Gelman acababa de publicar. Fue un éxito inesperado. Allí
tocaron desde Astor Piazzolla hasta La Porteña Jazz Band.
Piazzolla creó en esa época muchísimos temas del Quinteto y los estrenó allí.
"Por ejemplo Tango diablo, Canto de octubre, Retrato de Alfredo Gobbi
—enumera Stroscio—, los escribía, el mismo día los ensayaba a la tarde
y a la noche los tocaba, es que tenía muy buenos músicos".
La feliz tertulia de Gotán duró sólo un año hasta el golpe de Onganía. Por esa
época Paco Ibáñez les abrió puertas en Europa y lo que aquí sólo gustaba en
ciertos círculos intelectuales, encantó en Francia y España. Después pasó lo
del 75, el exilio.
Cuando se disolvió el Cuarteto Cedrón, Stroscio formó en el 92 su Trío Esquina
con Pino Enríquez en guitarra y Hubert Tissier, un bajista francés que hasta
el día de hoy no habla una palabra de castellano.
César continuó la tradición de trabajar con poetas, lo que incluye un disco
con Juan Gelman. Con poetas e historietistas: en 1998 grabó Los tangos del
Corto Maltés, disco que acompañó la reedición en color del libro Tango,
de Hugo Pratt. con la historieta del Corto Maltés.
De Francia se le pegó la politese, "sería como la buena educación francesa
—traduce—, que tal vez sea una forma de hipocresía pero a mí me gusta".
También hay cosas a las que no se acostumbra, como vivir en un edificio y no
conocer a los vecinos. "Con mi mujer hacemos lo posible por reunirlos, a
ellos les gusta pero no tienen iniciativa, hasta tal punto que el alcalde de
París decretó un día del vecino para que se conozcan".
¿Cómo evoluciona el tango allá?
Hay 120 grupos iguales al quinteto de Piazzolla. Ahora, gente que se proponga
hacer tango y buscar otra cosa hay poca y en general son argentinos. Es difícil
encontrar una salida porque lo de Piazzolla fue muy fuerte